viernes, 19 de agosto de 2016

San Leonard Cohen

Hace algunos años, ella te dijo: "Escucha esto", y le puso play al estéreo de su camioneta —tú manejabas, era su camioneta, pero era tu ciudad—, era la época en la que rifaba el casset, una  selección de Leonard Cohen, al que malamente no conocías.

Y lo disfrutaste con madres. La voz dolorosa, pausada, del viejo poeta, carajo, deseaste ser como él cuando seas viejo. Claro que..., te falta estilo, clase y cojones —y talento—. Disfrutaste hasta el clímax las notas de The Future, chingado, las seguías escuchando en tu mente mientras lo hacían en su casota de aquel residencial.

Cohen se quedó contigo, aun y cuando ella se fue.

Hace diecinueve años que la persigues con la mente, que le has jugado al detective y la has localizado una y otra vez. No es muy hábil para eso. Hasta la tienes en wassap. La tienes en feisbuc y tienes su mail. Hasta le escribes en Navidad, Año Nuevo y su cumpleaños. Es solo que ella no quiere tener nada que ver contigo y tu recuerdo.

Puta madre, qué días aquellos, si tan solo hubieras tenido más huevitos. Qué manía la tuya de callar. Maldito seas por eso.

Maldita sea también la televisión y su jodido fútbol. Chinguen a su madre sus imbéciles comentaristas futboleros y su puta manía de inventarse frases idiotas. Y sobre todo, vas y chingas tú a tu madre por dejar que una de ellas ocupe un lugar en tu cabeza y por permitirle venir de vez en cuando a darte unas patadas en los güevos¡La tenía, era suya... y la dejó ir!

Aunque sabes que no vale arrepentirse de nada.

Que aun con todas las estupideces que has hecho en tu vida, todas ellas te han traído a donde estás y... te has metido en la cabeza que eres feliz.

Luego vienes y recuerdas el casset que te dió Héctor alguna vez, con un acoplado de rolas chingonsísimas y que tú, por querer dártelas de galán, vas y le grabas una copia a ella, con lo que te ganaste que días después te preguntara:

     — ¿No que no conocías a Leonard Cohen?
     — Chingado, no, ¿por qué?
     — Pues porque en el casset que me diste viene Cohen... "Waiting for a miracle"

Carajo, quizás debiste hacerle un poco más de caso a las ínfulas melómanas del Héctor.

No queda más que reir. Claro, ya pasaron casi veinte años.

Ahora, esperas que San Leonard Cohen colabore y te permita encontrar en internet una versión instrumental de Darkness para que puedas usarla como fondo para la lectura de un poema cachondo...

No quieres nada, cabrón.